Otra vez te encuentro. Hace mucho que no te veía, tanto, que ya no recordaba tu nombre. Pero aquí estás de nuevo.
Qué quieres? Para qué vienes? Déjame dormir para poder disfrutar mis sueños de aventura, de viajes, de amor. Déjame descansar para mañana poder sobrevivir el día, que será largo y con suerte, con mucho trabajo.
Vete ya! Deja de hacerme pensar en cosas que no me interesan, de preocuparme por cosas que aún no pasan, de darme ideas que no quiero tener.
Aléjate de mí de una vez porque no quiero acudir a ella. Tan blanca, tan pequeña pero tan poderosa que duerme hasta la peor de las bestias. Pero no te deja soñar y el descanso no se siente igual. Y después no quiere soltarme la mano.
Te odio insomnio.