martes, 17 de abril de 2007

Nos hicimos uno





Tu mano rodó por mi mejilla y no pude contenerme.
El deseo que se reflejaba en tus ojos me inspiraba confianza y seguridad.
Tus palabras penetraron mi alma mientras nuestros cuerpos se volvían uno.
Compartiendo calor, respiramos el mismo aire, mientras nuestras almas navegaban por el mar de nuestros cuerpos.
Uno al otro nos veíamos con tal pasión que nada más existía.
Teníamos nuestro mundo clavado en sólo ese momento.
Te ame y me amaste como nunca nadie nos había amado.
Las miradas, las caricias, los besos.
Tú a un ritmo perfecto.
Todo para fundirnos uno con el otro para siempre desde ese momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso poema.