Mi mejor beso

El cálido sol se acababa de meter en el horizonte. Parecía haberse sumergido en las frescas aguas del mar. Estábamos sentados en un kiosco que reposaba sobre unas piedras a la orilla del mar. Las olas golpeaban a ritmo lento y existía esa paz que es característica de un atardecer. De repente, el cielo comenzó a nublarse y a retumbar, y en un par de segundos una cortina de agua cubría toda la playa. Él me tomó de la mano y empezamos a correr de regreso a la casa. Nuestros pies iban golpeando uno tras otro donde el mar acaricia la arena. Las gotas de agua que caían sobre nuestras caras y se quedaban atrapadas entre las pestañas impedían un poco nuestra vista pero seguíamos corriendo. La temperatura iba descendiendo poco a poco y yo sentía un poco de frió porque toda mi ropa ya estaba empapada. La lluvia aumentaba su intensidad rápidamente y la marea se comía cada vez un pedazo más de playa. Caían rayos que formaban figuras brillantes en el cielo ya casi negro y, segundos después, se escuchaban los truenos, unos más ruidosos que otros. Llevábamos recorrido un poco más de la mitad del camino cuando de repente, él se detuvo en seco y por consecuencia, sentí un tirón de mi brazo y también me detuve. Nuestra respiración estaba acelerada y nuestros cuerpos mojados cada vez más. Me tomó de ambos brazos y me jaló firmemente hacia él. Lo miré a los ojos y le pregunté qué pasaba. Él me regresó la mirada con sus grandes y profundos ojos cafés y, en un instante donde todo era perfecto, la lluvia nos acobijaba y el mar cantaba su melodía, me tomó del cuello con una mano y de la espalda con la otra, se acercó en un movimiento y me besó de una forma tan hermosa e intensa que no se podía distinguir entre dónde empezaba él y dónde terminaba yo. ..

No sé realmente cómo describir lo que sentí en ese momento, creo que no existen palabaras para describirlo fielmente, pero fue un momento maravilloso, intenso e inolvidable.

Uno de los mejores momentos de mi vida y definitivamente mi mejor beso.