Nada parecía calentar mi alma, y esta se iba dando por vencida con el paso de los segundos, minutos, horas y días. Lentamente, mi cuerpo también iba decayendo. Mi estómago no toleraba la comida; todo lo que ingería me causaba nausea y algunas veces hasta vómito y diarrea. Llegó un punto en el que ya no me daba hambre y sólo comía porque sabía que tenía que hacerlo.
Al pasar varios días, fui viendo como a mi ropa le iba sobrando tela y la báscula cada vez marcaba menos kilos. Para algunas eso seria genial, bajar de peso sin dieta ni esfuerzo en muy poco tiempo, pero a mí me asustó bastante. Bajar 10 Kg. en 1 mes no es normal ni sano.
Junto con esto, aparecieron varias otras cosas como por ejemplo, caída de cabello, insomnio, temblor en las manos, dolores de cabeza, cansancio y agotamiento. No pasó mucho tiempo cuando un día, sin esperarlo, comenzaron mis crisis de ansiedad. A mi parecer, es de los peores sentimientos que he tenido en toda mi vida. No lo describo mejor porque si leen en posts anteriores hablé de eso.
Llegó un punto en que mi cuerpo a no podía más y me daba mucho miedo. Siempre decía que tenía que ir al doctor, que algo andaba mal, pero la verdad, siempre lo posponía y nunca iba.
Un no tan buen día, estaba en clase de psiquiatría, la cual fue diferente a las otras porque el Dr. Llevó a uno de sus pacientes para que nos platicara de su padecimiento. Me asombré porque quién iba pensarlo, la platica fue precisamente sobre ansiedad. Como es la vida, siempre nos da todas las señales y muchas veces las ignoramos. En fin, todo lo que él decía, yo lo había sentido últimamente. Fue ese día cuando me empecé a dar una idea de lo que podría andar mal en mi, pero no hice nada. Dos o 3 semanas después, también en un día malo para mí, sucedió lo mismo, pero ahora era otra paciente que tenía depresión. Al terminar la clase, no sé qué me llevó a pedirle su teléfono al Dr. Para hacer una consulta, la cual no hice en seguida. La verdad me sentía un poco tonta por sentirme mal sin saber exactamente el por qué. Pasó como 1 semana y, un día, el Dr. Se me acercó y me preguntó que qué había pasado y por qué no había hecho mi cita con él. Le dije que había estado ocupada, pero la verdad me la pasee haciendo nada. Total, por fin quedé de ir a verlo ese día en la tarde a su consultorio. La verdad, iba medio nerviosa pero sabía que era necesario hablar con alguien sobre lo que me estaba pasando.
La consulta duró 1 hora, lo usual. Le conté todos mis achaques, preocupaciones, etc. Al final, me comentó que lo que yo tenía era depresión con crisis de ansiedad y que ya era medio grave porque me estaba afectando físicamente, por lo cual requería de un tratamiento farmacológico y psicológico. Me escribió mis recetas para comprar mis “Happy pills”, como les llamo ahora y me citó en 1 semana.
Decidí comenzar el tratamiento, con el cual llevo ya varios meses y al cual le faltan muchos más. Me dijo el Dr. Que estos tratamientos son muy largos y que tengo que hacerlo mínimo por 1 año. La verdad sí me ha ayudado muchísimo...
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