Te veo, te observo y te elijo. Como predador cazando a su presa. Sí, tú serás el que cumplirá mis pasiones esta noche. Es un baile de te veo y me ves; miradas y sonrisas conquistadoras. Nada de palabras porque nuestros ojos lo dicen todo. No te conozco, ni tú me conoces, pero ese no es nuestro objetivo. Sólo estamos tras una cosa y eso es todo lo que nos importa. Pero los pasos intermedios que nos llevarán a esa meta son divertidos, intensos, provocadores. Poco a poco te acercas de forma casual. Te veo de reojo y pretendo indiferencia, pero siempre atenta a cada uno de tus movimientos. Pasas cerca, rozándome un poco. Volteo a verte directo a los ojos mientras sigo bailando con las luces cambiantes. Fijamos la mirada. Ahora sí te tengo. Eres mio y no pienso dejarte ir en este momento. Sabes lo que quiero, y puedo ver que lo deseas de igual manera. Son sólo instantes lo que pasan, pero parece que el tiempo se ha detenido por completo. Ahora estamos tú y yo, cara a cara. Tan cerca, miro tus ojos, miras los mios. Estamos a pocos milímetros de distancia que siento tus respiraciones mientras bacilamos unos instantes. Te tengo, eres mio. No quiero nada más de ti. He cumplido mi objetivo y has saciado mis pasiones carnales.
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