Al bajar todos del carro, se dieron cuenta d que el lugar ya estanabastante lleno de gente. No se vieron muy preocupados, ya que entraron directamente porque Clara era una de las modelos y no tenía que esperar en a enorme fila como el resto de las personas.
Olivia no prestó mucha atención a aquello porque estaba distraida analizando cada detalle de aquel conductor. Los zapatos, el traje, el peinado. En fin, todo iba buen hasta que notó su estatura. El joven no era alto, tampoco enano, pero no sobresaíla del promedio. Olivia siempre se sintió atraída por hombres altos, pues era procedente del Norte del país, y allí así se acostumbra a verlos.
La noche pasó como en cualquier otro evento. Modelos, representantes, diseñadores, gente rica e inportante... Olivia y los 2 jóvenes estaban sentados en una mesa junto a la pasarela, con muy buena vista. Desde ahí observaban a las modelos mientras ellas caminaban por la pista vistiendo trajes de gala y lo más "chick" del momento. La música de fondo, gente bailando, platicando, bebiendo, y Olivia solamente observaba su alrededor. Casi no platicaba con los muchachos a pesar de que estaban sentados a su lado. Ella siempre había sido tímida, recatada y a veces hasta algo seria.
Uno de los jóvenes, el conductor del Lincoln, acercó su silla hacia Olivia y se presentó, pues realmente entre tanto alboroto, no había habido un momento adecuado para hacerlo formalmente. Le acercó una copa de vino tinto, la saludó y le dijo su nombre, Alejandro, y comenzaron a platicar de cosas superficiales, cotidianas, simples por varias horas. Bailaron algunas canciones de moda, cenaron y cuando Clara ya había terminado su trabajo, se dirigieron hacia sus casas.
Finalmente el día había terminado, y Olivia recostada en su cama recordando a Alejandro, decidiendo si le gustaba o no.
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