viernes, 7 de diciembre de 2007

Un Cuento


Este es un pequeño cuento que escribí para ti, mi amigo. Porque mi nueva filosofía de vida es cumplir con lo prometido.
Espero que te agrade y que lo disfrutes mucho. Yo sé que no es gran cosa, pero te lo escribí con mucho gusto.

Aquí va…


La Luna Altanera

La luna sale a pasear casi todas las noches y no siempre viste con la misma ropa. A veces sólo usa unas cuantas telas y otras veces, viste de gala. Todo depende del humor en el que esté.

Al parecer, hoy era una buena noche. El cielo estaba despejado, las aguas tranquilas y miles de estrellas relucientes esperaban la aparición de su reina. Brillante, glamorosa y hasta un poco arrogante, la Luna Altanera hizo su aparición.

Con todo su esplendor, alumbraba su alrededor con su tenue luz blanca y todos quedaron anonadados ante su presencia. Ella disfrutaba de su gloria y se admiraba en el reflejo que se hacía debajo en el lago. Bailaba coqueta de un lado para otro haciendo piruetas y presumiendo su belleza.

De repente, el reflejo se distorsionó en un instante. El agua cesó su tranquilidad y toda la atención, que antes estaba sobre la Luna, ahora yacía sobre lo que había causado tal disturbio. Por unos segundos… nada. Después, se escuchó cómo alguien salía del agua y tomaba una gran bocanada de aire. Poco a poco, la figura se fue acercando a la orilla del lago.

Todos estaban asombrados, incluso hasta la misma Luna estaba a la expectativa para ver a quién se le había ocurrido interrumpir su baile.
Poco a poco, la figura fue tomando forma. Era una mujer. Mojada de pies a cabeza, con gotas de agua escurriendo de cada parte de su cuerpo, salió del agua y se sentó sobre las piedras de la orilla. Vestía de blanco, como la Luna. Tenía cabello negro como la misma noche y ojos verdes como esmeraldas. Portaba una belleza de esas raras que sólo se ven en cuentos de fantasía.

Ahora, la atención de todos posaba sobre ella y la Luna comenzó a ponerse furiosa. Llena de ira, planeaba cómo deshacerse de aquella dama quien le había robado su escenario, cuando de repente, se rompió el silencio mientras la mujer secaba las lágrimas de su rostro.
- Luna llena, Luna hermosa! Cómo es que eres tan bella? Cómo es que emanas tanta luz? Qué se siente ser amada por todos?- Suspiró – Te envidio, sabes?-

La Luna Altanera se mantuvo quieta, pero con cierto aire de arrogancia pensó:
- Continúa.
- Sí, te envidio mucho porque tú nunca sufres de un corazón roto. A ti nunca te dejan de amar. Tú nunca tienes que esperar, no tienes que vivir con una caja llena de ilusiones y promesas rotas. Tienes suerte. Siempre yaces allá arriba, en el cielo, con tus ropas elegantes y tu brillo singular. A ti te aman muchos, te cuentan sus secretos y sus historias de amor. Te dedican rezos, palabras bonitas, canciones y versos. Mírate! Dime cómo no te pueden amar.

La Luna, confundida, no sabía qué pensar ni cómo reaccionar ante tales declaraciones y comenzó a pensar:
- A caso eso fue un halago o un insulto? Cómo sabe esta niña si he sufrido o no, si me han roto el corazón o no. Cómo se atreve a supones que siempre estoy contenta. A caso es tonta?
Se quedó mirando a la dama de blanco, quien sollozaba mientras se ponía las manos sobre la cara.
- Te odio, Luna, por ser tan perfecta! A ti nadie te deja. Tú a nadie esperas! En cambio yo… veme! Él dijo que me amaba, que siempre sería suya, que estaría conmigo hasta la eternidad. Pero olvidó esa promesa y se fue de mi vida para nunca más volver. Esperé y esperé, con la ilusión de que volviera y dijera que me ama. Pero nada. Y ahora veme! Sentada aquí, mojada hasta las pestañas.


La Luna sólo la miraba y escuchaba. La dama contó toda su historia desde el inicio hasta ese momento.
- Y por eso salté. Sí, patético, no crees, Luna? Pensé que así terminaría mi miseria. Pero me salvaste y estoy aquí sufriendo por tu culpa. Por qué lo hiciste, Luna? Que no ves que ya no quiero vivir así?

La Luna seguía en el mismo lugar, sin moverse y sin hacer ruido alguno.
- Esta niña, tan tonta. Creé que no entiendo qué le pasa. A caso no se da cuenta de que esta historia la he escuchado mil veces durante millones de años.
Un poco enfadada porque la dama había interrumpido su baile en esta noche especial, en la que se sentía guapa y con ánimos de lucirse, la Luna se sintió enfadada porque le robaron la atención de sus espectadores para escuchar la misma historia vieja y repetida. Meditó un momento y no se tocó el corazón. Volteó directo hacia la dama y le dijo:
- Mira lo que has hecho! Cómo te atreves a interrumpirme.

La dama se puso de pie en un salto, asombrada de que la Luna le estaba hablando.
- Crees que puedes venir aquí con tu figura y belleza abrumante a robarme esta noche? Pues no. No te dejaré.
- Pero, Luna, qué dices. No me has escuchado? A caso no tienes corazón? No ves que estoy sufriendo y que vine a…
- A interrumpirme- contestó la Luna en su tono altanero.- Y odio eso, Miles de historias como la tuya ya he escuchado y hoy no estoy de humor para darte palabras de aliento. Así que seré franca. Mira hacia abajo, junto a tus pies, qué ves?

La dama volteó la cabeza hacia donde le había indicado la Luna.
- Lo ves, ya no puedes hacer algo al respecto. Brincaste y no hubo nadie que te cachara. Desde el principio, y siempre, todo lo decides tú. Elegiste alimentar a los lobos, te entregaste a ellos en un arranque de desesperación, sin pensarlo. Tonta. Con esa belleza podías conquistar a cualquier hombre del mundo, pero decidirte estancarte en el recuerdo de uno hasta que te desgarraste por dentro. El amor es como un juego, te arriesgas, das todo y a veces ganas, pero otras pierdes. El chiste del juego es que si pierdes, no te retires, si no que busques a otro jugador y comiences de nuevo, pero siempre teniendo en cuenta la enseñanza que te dejó el jugador anterior, pera así, mejorar tu estrategia y jugar mejor el siguiente juego. Tú perdiste y decidiste retirarte del juego, caer en mis aguas e interrumpir mi danza. Ahora, tendrás que vivir con tu sufrimiento y dolor toda la eternidad. No lograste lo que querías por cobarde.

La dama se quedó asombrada por lo que estaba viendo y escuchando.
- Ahora vete! Porque esta es MI noche de gala y tengo que terminar mi actuación.

Asustada, la dama no podía creer lo que estaba viendo a sus pies. Era ella.

Los lobos saboreaban su carne en un frenesí lleno de sangre que salpicaba las piedras de la orilla del lago. Llorando, volteó hacia el agua y vio el reflejo de la Luna Altanera, quien bailaba con su vestido blanco al compás de la noche y brillaba con todo su esplendor mientras las estrellas a su alrededor la admiraban.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ta bueno,un poco trillado pero bueno. esa luna altanera si que se parece a todo el mundo jajajaja

saludos hija luego nos vemos

sabino

Anónimo dijo...

Q shido cuento!!!! la verdad... hay que buscar nuevos jugadores! =) te quiero Pere!

DrVeRicKoB dijo...

La dama era dueña de un corazón roto y la luna poseía un corazón congelado. ¡Que pecado vivir del pasado! Podría apostar que ambas anhelaban a su Sol Amado. Que ironía, quisiera dejar de alimentar con miedo y lágrimas a esos lobos que desgarran mis sueños y beben mis ilusiones, o simplemente quisiera elegir al correcto que me cuide y proteja hasta que mi corazón encuentre sus pulsaciones. No se si la actitud altanera o la belleza déspota sean el camino para continuar en el juego, no se si soy jugador o simplemente juegan conmigo, las fallas y cicatrices quedan por la eternidad, pero la fe y búsqueda del Ser que pueda con sus rayos descongelar ese corazón frio de la luna y calentar esas aguas solitarias y turbias en las que nada la dama debe ser mi prioridad. El cuento bien lo dice “el chiste no es ganar, sino seguir jugando” Quisiera ser perfecto como el agua y así poder abatir la belleza altanera de la luna y reflejar los defectos abrumados de la dama… quisiera ser yo el que juega… quisiera tener el control… quisiera no ser altanero ni un alimentador de lobos… quisiera mirar al cielo a la orilla del agua sentado junto a la dama y platicar con la luna de la versión magnifica del amor, de ese amor puro que solo las estrellas caídas del cielo conocen, de ese amor por el cual todos nacimos para encontrar y cuando llega a nosotros morimos en el intento de poderlo cautivar. ¡Que calamidad! Debería vivir aprovechando el pasado y forjando mi presente.. Todo para llegar a amarte en un futuro. ¿Luna estas ahí? Quisiera que me escuches. ¿Dama te sientes bien? Yo también estoy abandonado… Lobo deja de morder, son mis huesos los que sobran… ¡ Vida déjame descansar! pon otro tablero para que los demás sean los que jueguen… Quiero dormir… Quiero descansar… Tal vez en los sueños al amor de mi existir pueda encontrar. ¡Si ! será en ese lugar donde un corazón roto jamás se formara.

Aplaudo el cuento, Gracias por compartir esto conmigo… Ahora estoy en deuda

Te quiero y Estimo…
Disfruta de estos locos días…

Paz Pere.