lunes, 23 de noviembre de 2009

Deseo, ¡Maldito deseo!

La sensación extraña y súbita pero agradable en mi estómago.
Mi respiración se acelera.
Mojo mis labios suavemente con la punta de mi lengua.
Mi corazón late cada vez más rápido.
Una ola de calor recorre mi cuerpo entero.
Mi piel se torna rubicunda poco a poco.
Respiro profundo.
Mis pupilas se dilatan lentamente.
Siento que mi corazón se escapa de mi pecho.
Cierro los ojos un momento.
Muerdo mi labio.
El hormigueo de pies a cabeza.
Nuevamente, la ola de calor me recorre.
Respiro aún más profundo.
Cada milímetro de mi ser se estremece.
Deseo, ¡Maldito deseo!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ay amigaa jajaja hubieras ... jaja bueno esta bn !! ya vendraa .. bso te quiero , muy bueno lo q escribiste por cierto .. oink !

Erika dijo...

Si hubiera, me hubiera convertido en una de ESAS mujeres, Y eso es algo que hasta el momento nunca he sido y que jamás seré.

La tentación fue fuerte, eso q ni q, pero lo resistí, amiga, y eso es lo q hace la diferencia.

besos!

Anónimo dijo...

Me encantas Erikutina.....neto nunca has sido asi!!!!eso hace la diferencia....Tqm.

Erika dijo...

Erikutina!! Ya no me acordaba de ese apodo!! Jajajaja! Genial.

Son decisiones así que a veces hacen que te ganes títulos como "aguada, santurrona, apretada", los cuales prefiero mil veces que "Zorra, facilota, golfa, etc."

Y creo que hay veces que algunos hombres son como son porque algunas mujeres se prestan para eso.

Cada quien.