lunes, 15 de diciembre de 2014

Amor y sus locuras

El amor y el corazón siempre juegan algo extraño, o no sé si sea sólo el mío que cambia de parecer año con año. O tal vez será que como humanos buscamos lo mejor, lo nuevo, lo que cumpla con nuestras necesidades del momento. 
Recuerdo la época donde mi corazón se encerró en una caja de acero, y sólo me enfocaba a jugar con el amor fácil, el amor pasajero, el amor efímero y pasional. Cuando no buscaba sentimientos, sino pura diversión, reto, conquista. Era todo más fácil, más sencillo pero siempre me dejaba un pequeño vacío al final del día.
Luego, de la nada, me enamoré. Por fin e inesperadamente llegó el amor "verdadero" a mi vida. Llegó y fue hermoso durante un par de meses, luego se alejó a la distancia, pero se mantuvo en dosis repartidas durante 2 años. Y no lo cuestioné, sólo lo viví intensamente. 
Pero creo que llega un punto en la vida donde uno tiende a preguntarse qué está haciendo, es eso lo que uno busca, lo que uno quiere, lo que uno necesita. Ahorita estoy en ese punto. Tal vez la distancia, el tiempo, las arduas horas de trabajo me han hecho pensar en lo que realmente quiero en la vida, para mí, para mi felicidad, y me encuentro en un dilema. No soy de las personas que deciden fácilmente qué hacer con su vida, qué hacer con el amor. 
Siempre he sabido que el amor no es eterno, que es algo en lo que se trabaja día con día para que crezca, se nutra y siga vivo. Pero, ¿a caso nos debemos de conformar con una amor? ¿Puede uno cambiar de parecer en cuanto al amor? ¿Puedo decir no a un plan hacia el cuál he ido trabajando día con día así de un momento a otro?
He consultado a mis allegados de más confianza y su respuesta ha sido "sí". Todo puede cambiar, todo cambia constantemente y debe de cambiar en torno a lo que yo quiera para mi misma. Mi vida es mía y la debo de vivir para mí, haciendo lo que yo quiera, estando con quien y quiera, viviendo mis sueños y construyendo cada día el camino para llegar a ellos. 
Personas entran y personas salen de mi vida, y cada una de ellas tiene o tuvo un propósito, me enseñó algo y debo estar agradecida por esos momentos. No debo de tener miedo a dejar ir las cosas porque no todo es para siempre.
Me es difícil elegir pero sé que debo de hacerlo para no herir a otros y no herirme sola. La cuestión es cuándo, cómo? Y sólo me viene a la mente que debo de vivir ahora, aquí, este momento.

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