Después de varios días seguidos preocupándome por qué decisión tomar, por fin tengo paz interior.
Fue una batalla interna entre no, mejor sí, mejor no... hubo heridos, unos más que otros, pero finalmente terminé la batalla.
Cuando uno decide algo, y es lo correcto, se siente. Lo que hice mal fue cambiar mi opinión. Eso me destruyó físicamente, literal. Sé que debo trabajar en eso de la toma de decisiones, pero finalmente me di cuenta que lo que decidí al principio es lo que me hace feliz y eso es lo que más importa.
Ahora, terminó un ciclo y comienza uno nuevo. La vida siempre me ha dado cosas buenas, y sigo trabajando para ser feliz. A ver qué sorpresas salen.
En fin. Estoy bien, contenta y con paz interior.
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